jueves, 28 de junio de 2018

En defensa de la Escuela Pública


DEFENDER LA ESCUELA PÚBLICA PARA UNA EDUCACIÓN EN LIBERTAD

Artículo de opinión de la Plataforma por la Educación Pública de Ávila.

Ya es bien conocida la frase de Nelson Mandela que dice que “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” y que a los que defendemos la Escuela Pública de todos y para todos nos gusta tanto citar. Porque es verdad, porque la EDUCACIÓN, así, con mayúsculas, es la herramienta más eficaz para luchar contra la mayoría de los males de una sociedad como la nuestra, que asiente perpleja a episodios como los de “La Manada”, al incremento de las actitudes racistas de algunos países hacia los migrantes en el Mediterráneo, la creciente manipulación mediática y el recorte de derechos tan básicos como la libertad de expresión.

Y eso es así porque la Educación es mucho más que la regulación de los contenidos y los conocimientos que nuestros niños y jóvenes deben adquirir para superar unos requisitos legales previamente establecidos, y va más allá de lo que antiguamente se llamaba “Instrucción Pública”, que no era más que la estandarización de los saberes que la sociedad reclamaba para perpetuar sus estructuras sociales y económicas en cada momento de la historia. Las sociedades más avanzadas, las que a todos nos vienen a la mente como ejemplos de convivencia en igualdad, de progreso social y económico y de respeto a los derechos sociales y al medio ambiente, están basadas en sistemas educativos públicos fuertes (98% en Finlandia o 95% en Alemania por un 68% en España, según datos de Eurostat, 2015), donde los niños y niñas, además de contenidos teóricos, forjan su propia identidad basándose en las experiencias que les trasmite un profesorado bien considerado social y laboralmente, en unas escuelas bien dotadas de medios materiales y personales, y dentro de unas comunidades que valoran y respetan la educación como uno de sus principales activos sociales.

En nuestro país, con los primeros gobiernos democráticos se inició ese cambio de la instrucción pública de la dictadura franquista, basado en el adoctrinamiento político y el dogma católico, con segregación de sexos, enseñanza obligatoria de la religión en todas las escuelas y derecho de la Iglesia a la inspección de la enseñanza en todos los centros docentes, siendo el estado completamente subsidiario de la Iglesia en esta materia. Por fin, y tras los incipientes avances de la Ley General de Educación de 1970, en 1985 se promulga la Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación (LODE) desarrollando en ese sentido el artículo 27 de la Constitución Española, que reconoce, en su punto 2, que “La Educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales” y en su punto 4 que “La enseñanza básica es obligatoria y gratuita”.

En ese momento, con ese mandato constitucional y en esa ley recién estrenada, se aprueba la existencia de una doble red de puestos escolares, públicos y privados, estableciéndose además un régimen de conciertos al que se pueden acoger centros de titularidad privada para ser financiados con fondos públicos. Se pretendía de esta forma garantizar el acceso a esa enseñanza básica y gratuita en un periodo además de explosión demográfica, tan alejado del actual, a todos los alumnos, incluso en aquellos lugares donde aún no se habían podido construir ni dotar centros educativos públicos. Los “conciertos”, por lo tanto, eran la financiación pública que recibían aulas de centros privados para cubrir las carencias de las plazas en centros públicos que debe garantizar el Estado. No se trataba, por lo tanto, de establecer dos sistemas educativos diferentes, concertado y público, sino que el concertado era subsidiario del público y solo en tanto no hubiera plazas públicas suficientes.

Pero lo cierto es que, a día de hoy y tras la sucesivas reformas legales al albur de cada gobierno de turno, nos encontramos ante una doble red educativa con financiación vía impuestos, la pública y la concertada, que, además, compiten entre sí a la hora de captar alumnos en esta época marcada por una depresión demográfica sin precedentes. Además, y salvo algunas raras excepciones, los centros educativos concertados en Castilla y León son todos de carácter religioso, con un sistema de acceso a la función docente ajeno a la objetividad de las ofertas de empleo público y con unas sospechosas “aportaciones voluntarias” dinerarias de las familias que los eligen para educar a sus hijos que choca frontalmente con el requisito constitucional de que la educación sea gratuita.

Para más inri, vivimos en una Comunidad Autónoma donde los sucesivos gobiernos conservadores permiten la aplicación del régimen de conciertos a ciclos educativos no obligatorios, como el Bachillerato, y la extensión de ese sistema rozando los límites de la legalidad, como hemos sabido estos días que ha ocurrido en Arévalo.

Arévalo, el penúltimo atropello a la educación pública y a la cordura democrática. Porque aquí la Junta de Castilla y León se ha saltado todos los límites. La Junta, como todos los años, presentó su propia propuesta para el reparto del alumnado de 3 años de Arévalo para el próximo curso. Cuando una institución hace una propuesta lo mínimo esperable es que la respete o la negocie. En este caso se ha saltado al órgano negociador que es la Comisión de Escolarización y ha tomado la decisión de romper su planteamiento para beneficiar a una parte.

Para entenderlo bien hay que tener más datos, veamos:

-81 alumnos que han solicitado plaza. El reparto previsto era 2 clases en el CEIP La Moraña, 2 en el CEIP Los Arevacos y 1 en el CC Amor de Dios.
-Distribuyendo los alumnos que no tenían plaza en el CC Amor de Dios entre los otros dos centros quedarían: 2 clases en el CEIP La Moraña, 1 en el CEIP Los Arevacos y 1 en el CC Amor de Dios.
-La Junta de Castilla y León, unilateralmente, ha decidido: 2 clases en el CEIP La Moraña, 1 en el CEIP Los Arevacos y 2 en el CC Amor de Dios.

Esto nos lleva a varias conclusiones:

-La palabra de la Junta no tiene ningún valor ya que rompe su propia propuesta sin dar ni explicación pública ni en la Comisión de escolarización, que es dónde se debería decidir el reparto de ese alumnado.
-Tras años de recortes a la educación por parte de la Administración se demuestra que el problema no es el dinero, sino en qué se quiere usar ya que no hay dinero para equipamiento, disminución de ratios, etc. pero sí lo hay para abrir un aula innecesaria en un colegio concertado.
-La educación concertada ha pasado de tener un carácter subsidiario en el que se ofrecía donde no podía llegar la educación pública, para pasar a ser prioritaria cerrando aulas públicas para abrir otras concertadas e, incluso, abrir concertadas que sobran. Un camino totalmente opuesto al que siguen los países con mejores resultados en educación. En este sentido cabe recordar los últimos resultados de la EBAU dónde un estudiante del IES Alonso de Madrigal ha obtenido la mejor nota de la provincia con un 9,76.
Y a unas preguntas inevitables:
-¿Es la mejor forma de gestionar el dinero público abrir aulas que no se necesitan?
-¿Quién se beneficia con estas arbitrariedades? ¿Quién es responsable de ellas?
-¿Dónde queda la educación pública, laica y gratuita?
-¿Somos todos iguales?

Por eso, desde la Plataforma por la Educación Pública de Ávila, queremos expresar nuestra total oposición a esta política de la Junta de Castilla y León de postergar el derecho fundamental a la Educación pública, gratuita y laica, como supuestamente es nuestro Estado, en favor de un sistema de conciertos, que ha pasado de ser una solución subsidiaria a la carencia de plazas públicas en momentos de expansión demográfica a una forma de financiar un retorno encubierto a una mera instrucción estandarizada, en la que se fomenta la formación de individuos productivos, olvidando la educación integral de nuestros niños/as y jóvenes, hecho que contrasta enormemente con los sucesivos recortes que en los últimos años se vienen aplicando a la financiación de los centros educativos públicos, que ven como amenaza real el cierre de aulas en sus centros mientras la administración regional se las ingenia para incrementarlas en los concertados.



domingo, 6 de mayo de 2018

8-M: La educación que queremos

 El martes 8 de mayo volvemos a las calles para exigir la reversión de los recortes, el aumento del presupuesto educativo y la derogación de la LOMCE. Ya no hay excusas ¡¡¡AHORA EDUCACIÓN PÚBLICA!!!

Frente al inmovilismo del PP que sigue desatendiendo la Educación que no es una prioridad para el Gobierno, exigimos:
  • Mayor financiación de la Educación
  • Nueva Ley educativa consensuada con la Comunidad educativa.
  • Reversión de los recortes: Bajada de ratios en las aulas, recuperación de programas de atención a la diversidad, reducción de horas lectivas para el profesorado y aumento del profesorado en los centros, supresión de los descuentos por enfermedad, etc,
  • Más becas y ayudas al alumnado.
Por eso te esperamos en el Jardín del Recreo de 17,30 a 20 horas. No faltes, es hora de volver a las calles.




lunes, 23 de abril de 2018

8-M: Jornada reivindicativa por la Escuela Pública


Hace ya más de un año que se creó en el Congreso de los Diputados la Subcomisión de Educación para un Pacto Educativo con el objetivo de paliar una nítida exigencia de la comunidad educativa: La derogación de la LOMCE, una Ley aprobada por el PP en contra del resto de grupos parlamentarios.
La Plataforma Estatal por la Escuela Pública ha reclamado desde el inicio que la comunidad educativa participara como un agente más en la negociación. Pero el ostracismo de la Subcomisión, que no da información pública de las negociaciones, y la poca voluntad de algunos grupos parlamentarios, lo han impedido.
Desde esta Plataforma, siempre hemos entendido que la Subcomisión para el Pacto Educativo era una cortina de humo para evitar que la comunidad educativa hablara sobre las necesidades reales de la escuela pública y exigiera a los diferentes grupos parlamentarios propuestas contundentes para defenderla.
En este contexto, desde la Plataforma hemos clamado por la necesidad de un pacto social previo, necesario para dotar de calidad y permanencia un pacto político posterior. Asimismo, hemos puesto sobre la mesa de los diferentes grupos parlamentarios (de momento nos hemos reunido con PSOE y Unidos Podemos) las exigencias de la comunidad educativa en torno a la financiación, la gratuidad, la laicidad, la democratización, la participación y otros aspectos recogidos en el documento “La educación que queremos”.
El reciente abandono de esta Subcomisión por parte de PSOE y Unidos Podemos y otros grupos parlamentarios nos devuelve a la casilla de salida. Es decir, a un escenario en el que las contrarreformas del PP y la LOMCE siguen vigentes, como también lo están los recortes sufridos por la escuela pública, que no han sido revertidos.
Por otro lado, la cuestión de constitucionalidad presentada por el PSOE ya ha sido interpretada por el Tribunal Constitucional, avalando aspectos tan dañinos para nuestro alumnado como los itinerarios excluyentes de la ESO, la segregación por sexo de algunas escuelas concertadas, la asignatura de religión católica, etc.
Mientras, la escuela pública sigue deteriorándose. Los y las estudiantes seguirán sufriendo las consecuencias de los itinerarios selectivos, las aulas masificadas, las evaluaciones externas, los centros educativos deteriorados, las faltas de respuesta de atención a la diversidad, el profesorado que cambia de centro cada año, etc. Las familias seguirán sin recibir ayudas y aumentado sus gastos para compensar los déficits de atención en las escuelas, y el profesorado seguirá enfrentándose a las dificultades de dar clase en aulas con demasiado alumnado, con un número de horas lectivas excesivo, con disminuciones de sueldo cuando requieren de una baja por enfermedad, situaciones de interinidad que se alargan indefinidamente a lo largo de los años, etc.

Y, como colofón a las políticas de recorte, nos encontramos con un borrador de Presupuestos del Estado que vuelve a reducir la inversión pública en educación, que avanza en la senda comprometida por el Gobierno del PP de reducir el gasto educativo al 3,7 % del PIB, una inversión similar a la registrada en el año 1992.
En Castilla y León seguimos con unos presupuestos recortados, faltando al menos en 200 millones de euros para llegar a las cifras del 2011 lo que supone la imposibilidad de mejorar las inversiones en la escuela pública. La Educación Pública sigue sin ser una prioridad para la Junta de Castilla y León que favorece el incremento presupuestario para los conciertos educativos como se ha demostrado en los últimos presupuestos aprobados.
Por ello, las exigencias de la comunidad educativa tienen que seguir girando sobre la reversión de los recortes, el aumento del presupuesto educativo y la derogación de la LOMCE como sustento de base, e incorporar las demandas que las familias, de los y las estudiantes y del profesorado. Ya no es el tiempo de espera.
Por todo ello, desde la Plataforma Estatal por la Escuela Pública llamamos a la movilización el 8 de mayo como medida de lucha frente al inmovilismo del PP que sigue desatendiendo la Educación y considerando que no es una prioridad para su Gobierno.
Exigimos:
  • Mayor financiación de la Educación
  • Nueva Ley educativa consensuada con la Comunidad educativa
  • Reversión de los recortes: Bajada de ratios en las aulas, recuperación de programas de atención a la diversidad, reducción de horas lectivas para el profesorado y aumento del profesorado en los centros, supresión de los descuentos por enfermedad, etc,
  • Más becas y ayudas al alumnado
Ya no hay excusas ¡¡AHORA EDUCACIÓN PÚBLICA!!




miércoles, 7 de marzo de 2018

Derecho de "huelga" de los alumnos

Muchas son las preguntas que nos están haciendo padres y madres, profesorado e incluso los propios alumnos sobre su derecho a la "huelga". La Ley Orgánica de Educación (LOE), en su Disposición final primera, da una nueva redacción al artículo 8 de la LODE, y queda así: Se garantiza en los centros docentes el derecho de reunión de los profesores, personal de administración y de servicios, padres de alumnos y alumnos, cuyo ejercicio se facilitará de acuerdo a la legislación vigente y teniendo en cuenta el normal desarrollo de las actividades docentes.

A fin de estimular el ejercicio efectivo de la participación de los alumnos en los centros educativos y 
facilitar su derecho de reunión, los centros educativos establecerán, al elaborar sus normas de organización y funcionamiento, las condiciones en las que sus alumnos pueden ejercer este derecho. En los términos que establezcan las Administraciones educativas, las decisiones colectivas que adopten los alumnos, a partir del tercer curso de la ESO, con respecto a la asistencia a clase no tendrán la consideración de faltas de conducta ni serán objeto de sanción, cuando éstas hayan sido el resultado del ejercicio del derecho de reunión y sean comunicadas previamente a la dirección del centro.

Además, el artículo 30.10 del Decreto 51/2007, de 17 de mayo, por el que se regulan los derechos y deberes de los alumnos y la participación y los compromisos de las familias en el proceso educativo, y se establecen las normas de convivencia y disciplina en los Centros Educativos de Castilla y León dispone lo siguiente:

El director del centro, de acuerdo con las normas establecidas en el reglamento de régimen interior, comprobará si, a partir del tercer curso de la ESO, la inasistencia a clase de los alumnos, por decisión colectiva, se ajusta a lo dispuesto en el artículo 8 de la Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del Derecho a la Educación. Así mismo, adoptará las medidas necesarias para que esta situación no repercuta en el rendimiento académico de los alumnos y garantizará el derecho de aquellos que no deseen secundar las decisiones sobre la asistencia a clase a permanecer en el centro debidamente atendidos.


Luego, según la ley:
  1. Solo se reconoce por la LOE este derecho al alumnado de 3º de ESO en adelante.
  2. Deben cumplirse los requisitos establecidos en la ley para que no se pueda sancionar a los alumnos de 3º en adelante: Que la inasistencia a clase sea fruto de una "decisión colectiva", que éstas hayan sido el resultado del ejercicio del derecho de reunión, y que sean comunicadas previamente a la dirección del centro.
  3. El Centro adoptará las medidas necesarias para que esta situación no repercuta en el rendimiento académico de los alumnos y garantizará el derecho de aquellos que no deseen secundar las decisiones sobre la asistencia a clase a permanecer en el centro debidamente atendidos. Por lo tanto, se deberá atender a los alumnos que asistan a clase pero también deberán adoptarse las medidas oportunas para que los "huelguistas" recuperen las materias que se impartieron en los días de las "movilizaciones".
  4. Debería estar regulado en el Reglamento de Régimen Interior del centro.

El Tribunal Supremo avaló el pasado 18/12/2014 mediante sentencia el derecho del alumnado de poder realizar huelga, desde 3º de ESO, sin permiso paterno.